Naranjas de Xerta

Naranjas de Xerta
Biological culture

Xerta se beneficia del generoso caudal del Ebro, cuyas crecidas han enriquecido sus huertas con limos durante siglos. Al mismo tiempo, parte del riego procede de aguas de montaña que, mediante las acequias que cruzan el pueblo, se distribuyen abundantemente por los campos.

En el litigio que mantuvieron Xerta y Paüls sobre el uso de esas aguas, Pedro el Ceremonioso falló a favor de Xerta en 1398, amparando una práctica de riego de tradición centenaria. Hoy ese sistema abastece aproximadamente 172 hectáreas repartidas entre la Huerta de Dalt y la Huerta de Baix.

Las parcelas regadas por el Ebro son ideales para obtener naranjas y mandarinas de aroma y jugosidad excepcionales, cualidades que despiertan la envidia de los agricultores de otras zonas del valle. Muchos productores evitan los fertilizantes químicos habituales y prefieren los abonos de origen animal para enriquecer la fruta, mientras que el propio río aporta nutrientes que mejoran el cultivo.

No es casualidad que las naranjas de Xerta sean consideradas las mejores de la comarca: miles de compradores se desplazan cada temporada hasta el pueblo para adquirirlas. Para facilitarles la compra, los agricultores sitúan sus puestos junto a la carretera C-12, por la que circulan numerosos veraneantes con destino a la costa (Salou, el delta del Ebro, Peñíscola), especialmente en fechas como la Semana Santa, cuando muchos se detienen para llevarse “sacos y sacos” de esta fruta tan apreciada.